La epidemia de mesotelioma maligno pleural, después de más de 40 años de transferencia del asbesto a México

AutorGuadalupe Aguilar-Madrid - Rosalía Fascinetto Dorantes - Cuauhtémoc Arturo Juárez-Pérez (México)
Páginas55-70

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Guadalupe Aguilar-Madrid *

Cuauhtémoc Arturo Juárez-Pérez **

Rosalía Fascinetto Dorantes ***

Antecedentes

El asbesto de tipo crisotilo representa el 95% del asbesto que ha sido utilizado en el mundo. Canadá ha sido el principal exportador de crisotilo a nivel mundial, durante el siglo pasado y hasta 2012 que cerraron sus yacimientos de asbesto (Fig. 1). Actualmente Rusia, China y Brasil son los principales exportadores (Collegium Ramazzini, 1999, 2010, 2014.

El amplio e intenso uso del asbesto en diversas industrias en el mundo, originó que se usara en más de 3 mil productos, exponiendo a millones de trabajadores a esta fibra; con la consecuencia de graves daños a su salud: asbestosis, cáncer pulmonar, mesotelioma maligno pleural y peritoneal. También, se han expuesto ambientalmente a esta fibra las poblaciones que vivían y viven aledañas a las empresas, así como las propias familias de los trabajadores, causándoles estos mismos cánceres provocados por el asbesto (IARC, 1977). Los organismos internacionales como la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC,1977), la Organización Mundial de la Salud (WHO, 2006), la Organización Internacional del Trabajo (ILO, 2006), con sustento en la incontrovertible evidencia científica internacional, la cual demuestra rotundamente, el incremento de los daños a la salud en los trabajadores, sus familias y en la población general por la exposición a esta fibra cancerígena, han declarado: “todas las formas de asbesto son cancerígenas para el hombre, y no hay un nivel seguro de exposición”. Por ello, la OMS y la OIT en junio del 2006 llamaron a los países miembros, entre ellos a México, a eliminar su uso. Actualmente, más de 57 países han prohibido su importación, uso, manufactura y exportación (IARC, 1977; IPCS, 1998; WHO, 2006; ILO, 2006).

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En el mundo, la OMS ha estimado anualmente la muerte de 100 000 a 140 000 trabajadores, por cánceres relacionados con el asbesto. En Europa Occidental, América del Norte, Japón y Australia 20,000 nuevos casos de cáncer de pulmón y 10, 000 casos de mesotelioma maligno pleural, ocurren cada año como resultado de la exposición al asbesto (WHO, 2006). Desafortunadamnte, en la actualidad no existe tratamiento curativo para el MMP, por lo tanto la super-vivencia promedio es de seis meses, despues del diagnóstico MMP (un rango de 4 a 18 meses).

Sin embargo, a pesar de todas las evidencias científicas de la carcinogenicidad de todos los tipos de asbesto, el incremento de los casos de cáncer pulmonar y la epidemia mundial de mesotelioma maligno pleural (MMP) en el mundo, y en México igualmente el inicio y desarrollo de la epidemia de MMP (con 500 casos anuales desde 1998). Así como de los pronunciamientos de los organismos internacionales por la prohibición mundial de su uso; el gobierno mexicano ha sido omiso en adoptar políticas públicas que permitan la prevención, el control, y el reconocimiento de las patologías señaladas como enfermedades profesionales, así como adoptar medidas inmediatas para su prohibición. Las secretarías de gobierno e intituciones de seguridad social encargadas de la regulación ambiental y ocupacional, y el reconocimiento de enfermedades de trabajo, han sido igualmente negligentes, como son: la Secretaría de Salud (Ssa), Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), Secretaría de Economía (SE), Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), y el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Instituto de Seguridad Social al Serivico de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y Petróleos Mexicanos (PEMEX).

Yacimientos de asbesto en méxico

México no cuenta con yacimientos de asbesto en explotación, sin embargo en el periodo de 1962 a 1970, se realizaron estudios geológicos y trabajos exploratorios en siete yacimientos de asbesto, en los estados de Tamaulipas, San Luis Potosí, Zacatecas, Estado de México, dos yacimientos en Guerrero y Oaxaca, “con el objeto de definir genética y morfológicamente dichos yacimientos, determinando así sus reservas y las posibilidades económicas de explotación, co-estabilidad de su extracción y valor comercial” (García- Calderón J, 1978). Sin embargo, el reporte no señala, si posterior a este estudio hubo alguna explotación comercial de los yacimientos.

Transferencia de industria peligrosa el caso de méxico

Migración de la industria del asbesto en México.- La primera empresa de asbesto en México se instaló en 1932, con el nombre Techo Eterno Eureka (filial del grupo Eternit, del magnate mundial del asbesto Sthepan Schmidheiny), en el estado de Jalisco (Gavira et al, 1990). Ésta producía y sigue produciendo aún productos de asbesto-cemento. Los sucesivos gobiernos mexicanos promovieron el “crecimiento y desarrollo” de las ciudades, especialmente de la Ciudad de México en el periodo del presidente Miguel Alemán Valdés (1946-1952), donde hubo un gran aumento en las obras de infraestructura, casas, edificios, multifamiliares e industrias. Ésto incrementó la demanda, y por lo tanto el aumento de la importación de asbesto, y la producción y uso de productos con asbesto-cemento, como: tanques de agua, láminas, tuberías de agua potable y drenaje profundo, y cientos de productos que requirió la industria de la construcción, química, petrolera, etc. El gran escritor mexicano, José Emilio Pacheco (1981) describe claramente esa época “…a cada iniciativa del presidente (Miguel Alemán): contratos por todas partes, permisos de importación, constructoras, autorizaciones para establecer filiales de compañías norteamericanas; asbestos, leyes para cubrir todas las azoteas con tinacos de asbesto cancerígeno…”.

Sin embargo, es en la década de los años sesenta cuando se instala el mayor número de industrias manufactureras con productos de asbesto, provenientes mayoritariamente de Estados Unidos (Tabla 1). Esta migración geográfica de esas industrias, es debida a las demandas multimillonarias que pagaban las aseguradoras a los trabajadores norteamericanos afectados por los cánceres y enfermedades por el asbesto, así como por la negativa creciente de estas compañías a seguir asegurando a los trabajadores expuestos al asbesto, pues eso ya era un riesgo financiero para dichas empresas estadounidenses; así como por la enorme flexibilidad normativa de nuestro país (Castleman B, 2005; Aguilar-Madrid et al, 2003), y la desinformación de los trabajadores y la población de los riesgos a la salud por el asbesto.

Por lo cual, nuestro país desde esos años, se convierte en uno de los principales importadores de asbesto a nivel mundial y del Continente americano, proveniente principalmente de Canadá, el mayor exportador de asbesto crisotilo del mundo (Tabla 1; Fig. 1 y 2). Mientras tanto de 1970 a 1990, Estados Unidos disminuía sus importaciones de la fibra

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y simultáneamente México las aumentaba, para cubrir las demandas de las empresas estadounidenses, que trasladaron su industria peligrosa y sucia a nuestro país (Fig. 3) (Aguilar-Madrid, et al, 2003; Gaviria et al, 1990). Para el año 2000, en México había más de 1880 empresas instaladas que importaban asbesto crisotilo, mayormente de Canadá y en menor cantidad de Brasil. Estas industrias manufacturaban una diversidad de productos, que fueron y siguen siendo preferentemente exportados a Estados Unidos y Centroamérica. (Aguilar-Madrid et al, 2003; Aguilar-Madrid et al, 2010; Virta L, 2000). El círculo criminal de la transferencia de riesgos perfecto: compramos el riesgo, lo manufacturamos y al exportar estos productos, también exportamos el riesgo.

En nuestro país hemos documentado que las importaciones realizadas en los últimos 46 años (1960 a 2006), en más de 710, 000 toneladas de asbesto. El 75% provino de Canadá, el cual exportaba sólo crisotilo o asbesto blanco. Este tipo de asbesto ha sido el más utilizado en las industrias instaladas en México, y representa la fuente más importante de exposición de los trabajadores, sus familias, y la población mexicana (Aguilar-Madrid et al, 2003) (Fig. 4).

Así Canadá desde 1960, deliberadamente ha exportando asbesto a México y otros países menos industrializados. Ha encabezado una campaña mundial de revitalización del uso “seguro” del asbesto crisolito, descrita por el Dr., LaDou (LaDou J, 2003) como “la guerra del amianto” (la que ahora es encabezada por Rusia, China y Canadá); estos países han invertido importantes sumas de dólares, para hacer un lobby internacional para promover el uso del asbesto crisotilo y mantener la explotación de sus yacimientos. Al mismo tiempo, las empresas del asbesto de Estados Unidos que migraron a México, sabían la peligrosidad del asbesto, y apostaron a la desinformación de los trabajadores, al control sindical y al incumplimiento de las normas laborales y de salud, con anuencia de las autoridades mexicanas.

México, antes de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLC-NAFTA) adoptó como una premisa fundamental la desregulación, lo que contribuyó a la parálisis normativa, al desmantelamiento de la poca infraestructura para la vigilancia de los centros de trabajo en los aspectos de...

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