Controversies in development/Controversias sobre el desarrollo/Controversias sobre o desenvolvimento.

AutorKatz, Claudio

Introduccion

Las intensas criticas a los modelos de crecimiento que deterioran el medio ambiente han modificado sustancialmente los debates sobre el desarrollismo. Estas polemicas incorporan una dimension ignorada en el pasado y toman en cuenta las contundentes objeciones que en America Latina formulan los objetores de la agro-exportacion y la mineria a cielo abierto (1).

Estos cuestionamientos resaltan la existencia de un patron de acumulacion que refuerza la condicion dependiente de la region y su insercion periferica (o semiperiferica) en la division internacional del trabajo. Ese modelo consolida la desposesion de las mayorias populares, acentua la desocupacion y amplifica la precarizacion del empleo.

La depredacion del medio ambiente suscita incontables conflictos sociales. Los adversarios del desarrollismo participan activamente en la resistencia popular contra el saqueo del subsuelo, la desertificacion, la extincion de las selvas y la desaparicion de los bosques. Aportan detalladas denuncias de las consecuencias de esa demolicion.

Las movilizaciones para preservar los recursos naturales originaron gran parte de las movilizaciones populares del ultimo quinquenio. Un tercio de estas acciones estuvieron relacionadas con esa problematica y solo en el 2012 se computaron 184 confrontaciones de ese tipo en la region. Cinco protestas alcanzaron dimensiones transfronterizas (SVAMPA, 2013; BRUCKMANN, 2012).

Las criticas al extractivismo han sido planteadas desde enfoques ideologicos muy variados. Algunos teoricos cuestionan ese atropello con miradas reformistas promoviendo mayores regulaciones del estado. Otros observan el deterioro del medio ambiente desde perspectivas marxistas, como un efecto de la competencia por beneficios surgidos de la explotacion. Un tercer conglomerado de autores postula ideas posdesarrollistas. (2)

  1. Objeciones al desarrollo

    El generico termino de pos-desarrollo es utilizado por muchos participantes de la batalla contra el extractivismo. Identifican ese concepto con un proyecto alternativo al modelo actual de acumulacion a costa de la naturaleza. Pero desde principios de los anos 90 esa nocion tambien presenta otra acepcion, como cuestionamiento a todas las nociones de desarrollo. Arturo Escobar sintetiza esta vision, postulando una influyente caracterizacion del escenario latinoamericano. En sus escritos polemiza con los fundamentos "euro-centricos" del desarrollo y remarca la atadura de ese concepto al restrictivo universo de las teorias modernas. Estima que los desarrollistas no registran la existencia de otras trayectorias de convivencia humana y propone una "de-construccion del desarrollo".

    Esa labor permitiria sustituir los razonamientos dependientes del pensamiento occidental por enfoques centrados en la revalorizacion de las culturas vernaculas. Resalta la inutilidad de las viejas preguntas sobre el subdesarrollo de la periferia y promueve indagar las distintas formas en que Asia, Africa y America Latina fueron representadas como regiones atrasadas.

    Escobar alienta ese viraje analitico mediante un rechazo de las preocupaciones tradicionales por el progreso y el avance de las fuerzas productivas. Considera mas provechoso evaluar los discursos y las representaciones que emergen de las resistencias sociales. Convoca a estudiar esas protestas como practicas del saber y como actos de subversion de los conocimientos.

    La mirada de Escobar no retoma los cuestionamientos tradicionales a cierto tipo de desarrollo. Objeta la propia idea de desenvolvimiento economico y social, a partir de una impugnacion de las cosmovisiones totalizadoras. Estima que obstruyen la percepcion de las diferencias y la clarificacion de los problemas. Para superar estas adversidades considera necesario abandonar el viejo apego a una sola perspectiva analitica. Aboga por la multiplicidad de enfoques y polemiza con el desconocimiento marxista de esa variedad. Estima que la simbiosis de esa teoria con la modernidad le ha quitado capacidad interpretativa y atribuye ese empobrecimiento a la preeminencia asignada a la busqueda de cierta verdad (ESCOBAR, 2005, p. 17-30).

    Otros autores aplican un enfoque semejante a la problematica de la dependencia. Afirman que esa nocion padece ataduras al proyecto modernista y genera funcionalismo y mecanicismo. Critican el deslumbramiento con las creencias modernizadoras y con las expectativas de progreso ancladas en el devenir de ciertas leyes sociales (MUNCK, 1999).

  2. La realidad del subdesarrollo

    Escobar constata el retraso estructural de America Latina pero cuestiona la necesidad de su desarrollo. Esta contradiccion deriva de su peculiar caracterizacion de las carencias socio-economicas de la region. El autor reconoce la diferencia cualitativa que separa a toda la zona de las economias avanzadas, pero sustituye la mirada habitual de esa brecha como una fractura entre el centro y la periferia por un contraste entre dos tipos de modernidades. Contrapone la variante plena y dominante de ese modelo en los paises centrales, con la forma colonial y subordinada que impero en la region (ESCOBAR, 2013). Con ese enfoque, destaca mas las desventuras culturales, politicas e ideologicas de America Latina, que su insercion dependiente en el capitalismo mundial. Relativiza el impacto del subdesarrollo economico y pierde de vista las consecuencias de la exaccion de recursos, el vaciamiento de riquezas, las transferencias de valor y la especializacion productiva en exportaciones primarias. Esta desposesion determino una escala de atraso semejante al padecido por otras zonas perifericas del planeta.

    Escobar rechaza las convocatorias usuales al desarrollo de America Latina. Considera que esos llamados recrean la "invencion del subdesarrollo" que construyeron los colonialistas y repiten los colonizados (ESCOBAR, 20l0a). Sin embargo, esa vision conduce a presentar el status objetivo del atraso latinoamericano como un simple imaginario, difundido por los poderosos y convalidado por los subordinados. Olvida que el subdesarrollo no es una creencia, un mito o un discurso, sino una terrible realidad de hambre, baja escolaridad y pobreza.

    Este desconocimiento conduce a evadir el grave problema que afronta una region relegada. Durante siglos los principales intelectuales latinoamericanos constataron ese atraso. No priorizaron la tematica del desarrollo por atadura a un relato emanado de Occidente, sino por las duras vivencias experimentadas en todos los paises. Escobar elude este dato. Se limita a evaluar discursos, sin conectar esos enunciados con el drama rector del subdesarrollo. Por eso divorcia la exposicion verbal del problema de sus manifestaciones materiales directas, omitiendo las falencias especificas de America Latina.

    La region no solo necesita como todas las sociedades del planeta encontrar un camino de desenvolvimiento que preserve el medio ambiente. Debe, ademas, incrementar la satisfaccion general de las necesidades basicas y reducir con desarrollo la distancia que la separa de las economias avanzadas. Frenar el desastre ecologico es una meta de primer orden tanto para Haiti como para Suiza, pero erradicar el atraso no es tarea comun a ambos paises.

    Escobar denuncia acertadamente las consecuencias destructivas del capitalismo contemporaneo. Pero esa constatacion no alcanza para evaluar el impacto diferenciado de ese deterioro en el centro y la periferia del sistema. Tampoco permite deducir los cursos de accion necesarios para remediar esa demolicion.

    Al igual que el resto de la periferia, America Latina debe combinar las protecciones ambientales con la aceleracion del crecimiento. Si el subdesarrollo es visto como un mero relato de la modernidad, no hay forma de encontrar propuestas que sinteticen las salvaguardas ecologicas con la superacion del retraso economico.

  3. Insuficiencias del localismo

    Escobar prioriza las iniciativas locales y comunitarias. Descree de los proyectos totalizadores y se inclina por trabajos en ambitos mas restringidos. Su rechazo del desarrollo coincide con el disgusto por las propuestas de gran porte que formulan los estados nacionales y los organismos regionales. Su enfoque pondera las experiencias ensayadas en el terreno local por los movimientos sociales y las ONGs. Remarca las ventajas que genera ese plano de intervencion, en contraposicion a los grandes proyectos que demandan las distintas clases sociales (ESCOBAR, 2005, p. 17-30). Su rescate de la accion comunitaria contribuye a rehabilitar los principios de la solidaridad y la cooperacion. Pero los emprendimientos que se encaran con esos valores, solo conquistan mayor relevancia cuando logran desbordar el ambito inmediato. Si estas iniciativas no se inscriben en proyectos estrategicos de transformacion social, pierden fuerza y consistencia.

    La acotada perspectiva localista no permite gestar las iniciativas requeridas para resolver los grandes problemas de la region. Estos temas involucran acciones en vastos terrenos como la energia, las finanzas o la industrializacion, que no pueden implementarse solo a escala local.

    La vision comunitaria es afin al viejo utopismo cooperativista. En su formato clasico esa vision promueve la progresiva disolucion de las relaciones de explotacion, al cabo de una prolongada expansion de empresas auto-gestionadas. Ese tipo de emprendimientos permite efectivamente prefigurar un futuro igualitario, pero solo aporta...

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