Movimientos culturales y la emergencia de una nueva politicidad

AutorFernando Calderón
CargoProfesor de la Maestría en Desarrollo Humano en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales ? FLACSO e Coordinador de proyectos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo ? PNUD
Páginas75-96
Dossiê
Movimientos culturales y la
emergencia de una nueva politicidad*
Fernando Calderón**
Resumen
La tesis central del texto argumenta que en un nuevo momento de inflexión
histórica que experimenta América Latina se estarian desarrollando nuevos
movimientos sociales cuyos rasgos principales anidan en sus características
culturales y que ellos estarian marcando los nuevos horizontes de cambio
histórico muy vinculados a la expansión de los derechos humanos de ter-
cera generación. Tales movimientos estarían asociados con cuestiones de
reconocimiento de identidades culturales de diverso tipo. Las demandas so-
ciales en su variedad de significados tenderían a expresarse culturalmente.
Se estaría frente a una sociedad de diferentes que cambia constantemente
y esto generaría una “nueva politicidad” particularmente entre los jóvenes.
El texto sintetiza los hallazgos de estudios empíricos de movimientos de
participación femenina, ecologistas y de jóvenes. Asimismo se plantean
que estos movimientos culturales tienen sus referentes mas cercanos en
los nuevos movimientos sociales generados en los comienzos de los 80.El
artículo es parte de un libro sobre las nuevas condiciones sociológicas de
la democracia y el desarrollo en América Latina en publicación.
Palabras-clave: movimientos culturales, democracia, politicidad.
A
partir de la década del ochenta, ante la crisis económica y la
reemergencia de la democracia en la región, la sociedad generó
espacios novedosos de acción colectiva a través de movimientos y or-
* Texto inédito extraído del libro: Tiempos de cambio: consideraciones socio-
lógicas sobre el desarrollo y la democracia en A. Latina. En prensa.
** Profesor de la Maestría en Desarrollo Humano en la Facultad Latinoamericana
de Ciencias Sociales – FLACSO e Coordinador de proyectos del Programa de
las Naciones Unidas para el Desarrollo – PNUD. Correo electrónico: naniascal-
deron@gmail.com.
doi:10.5007/2175-7984.2011v10n18p75
76 p. 75 – 95
Volume 10 – Nº 18 – abril de 2011
ganizaciones sociales diversas que -aunque fragmentados- expresaron
demandas puntuales al tiempo que crearon nuevos espacios de discu-
sión de propuestas, que aspiraban a mejorar la calidad democrática y
a lograr mayor inclusión social en los procesos de desarrollo.
Estos movimientos sociales surgieron con demandas más
vinculadas a la revalorización de la democracia en la vida cotidiana
que a la consecución de grandes proyectos históricos. Entre ellos
es posible destacar movimientos feministas, de derechos humanos
y de ética en la política, de orientaciones democráticas y partici-
pativas del movimiento obrero, movimientos de comunitarismo
urbano como las comunidades Eclesiales de Base, de jóvenes,
étnicos y religiosos, entre tantos otros1. Más allá de las distintas
orientaciones de estos movimientos, en definitiva todos pugnaban
por un cambio y, muchas veces, sus demandas se superponían.
Como dijimos con Elizabeth Jelin, “en general, los movimientos
sociales no tienen fines predeterminados, los redefinen en el propio
conflicto” (CALDERÓN & JELIN, 1987, p.25)2.
Cabe mencionar que estos nuevos campos conflictivos, qui-
zás, ya remitían al problema de la construcción de un nuevo orden
societal:
Una característica propia de América Latina es que no existen
movimientos sociales puros o claramente definidos, dada la multi-
dimensionalidad no sólo de las relaciones sociales, sino también de
los mismos sentidos de la acción colectiva. Por ejemplo, un movi-
miento de orientación clasista probablemente esté acompañado por
sentidos étnicos y de género que lo diferencian y asimilan a otros
movimientos de orientación culturalista con contenidos clasistas.
Así, los movimientos sociales se ven nutridos por múltiples energías
que incluyen en su constitución desde formas orgánicas de acción
social por el control del sistema político y cultural, hasta modos
de transformación y participación cotidiana de autoproducción
societal (CALDERÓN, 1986).
1 Para un análisis compartido de dichos movimientos en Sudamérica ver: Calde-
rón (1986), Calderón (1995); Scherer-Warren y Krischke (1987). Ver también:
Grzybowski (2004b).
2 Ver especialmente Touraine (1999).

Para continuar a ler

PEÇA SUA AVALIAÇÃO

VLEX uses login cookies to provide you with a better browsing experience. If you click on 'Accept' or continue browsing this site we consider that you accept our cookie policy. ACCEPT