Un país de verdad

AutorLuz Rodríguez Carranza
Páginas111-134
Un país de verdad – Luz Rodríguez Carranza Boletim de Pesquisa NELIC v. 11 n. 16 2011.1
En diciembre del 2001 dejaron de circular en
Argentina tanto la moneda convertible al dólar como la
seguridad jurídica de la deuda. Se esfumó toda confianza en
la representación económica y política, y no hizo falta
explicarle a nadie que las palabras no tenían nada que ver
con las cosas: la gente salió a la calle exigiendo autenticidad
y verdad, valores que ya no tenían parámetros comunes ni
circulaban en la esfera pública, y que resultaban de pronto
tanto imposibles como indispensables. El trueque reemplazó
al mercado, y las asambleas directas y “cacerolazos” hicieron
caer presidente tras presidente hasta mayo de 2003.
En el 2003 Rafael Spregelburd puso en escena el
caos y la imposibilidad del 2001, en una obra también
imposible: Bizarra, una saga argentina. Efectivamente, es una
saga, o mejor dicho, una “teatronovela”, como la denominó su
autor (2004), cuyos diez capítulos o entregas duraban tres
horas y se estrenaron a razón de uno por semana. Setenta y
ocho actores, que desempeñaron los papeles de ciento diez
personajes, actuaron heroicamente durante doce semanas –
porque hubo al final dos semanas intensivas de “bis” - sin
Una primera versión de este texto, con el nombre de
“Mesuras y Desmesuras” fue presentada como conferencia
magistral del Simposio Economías de la Imaginación
Americana, organizado por El Colegio de México y la
Universidad Iberoamericana de México, los 19 y 20 de
agosto de 2010 ( ver el programa en
http://economiasdelaimaginacion.wordpress.com/category/
programa/) Una selección de las ponencias será editada
en un libro colectivo bajo la dirección de José Ramón
Ruisánchez Serra.
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tiempo para memorizar sus roles completamente1 y sin ser
pagados. Ocho mil espectadores apasionados (Friera 2003)
participaron incluso en un comercio de camisetas y figuritas
para llenar un álbum y en la compra de un almanaque.2 En
2008, el libro de 536 páginas fue también “un acontecimiento
descomunal en la historia del teatro argentino”, como sostiene
Jorge Dubatti: “un territorio nuevo y singular, el teatro en sí
mismo […] transformado en una nueva y extraña
literatura”(2009).
El “evento Bizarra” puede ser explicado, sin duda
alguna, con la teoría del don de Mauss o con la economía
general de Bataille (2008a), pero no con las interpretaciones
postmodernistas o neoliberales del potlach como entropía de
los valores (cf. Gilder, infra). La doxa de nuestro tiempo no es
la desaparición, sino la indiferencia a cualquier valor: “la
situación es catastrófica pero no seria”, afirma Slavoj Žižek,

1 “Cuando el público decidía aceptar y festejar tanto los aciertos como los
errores (y en realidad preferían los errores a los aciertos) era una forma
explícita de decir: tenemos – como público – una complicidad absoluta con
unos actores que acaban de ensayar esto hace cinco minutos, y que nos
están mostrando aquello a lo que se ha llegado desde la inmediatez más
absoluta” (Spregelburd, 2008b, 517)
2 En el enlace aquí abajo hay algunas fotografías del almanaque:
http://www.google.nl/images?q=bizarra+spregelburd+fotos&um=1&hl=es&t
bs=isch:1&ei=xlNRTIj3MoeiOP-TiL4E&sa=N&start=0&ndsp=21,
consultado el 1-8-2010.
parafraseando un telegrama del cuartel general austríaco
durante la primera guerra mundial:3sabemos que hay
corrupción, que la vida en el planeta está seriamente
comprometida, que la mayoría de los seres humanos vive por
debajo del nivel de pobreza, que los Estados poco pueden
contra el capital globalizado, pero aparentemente nadie toma
en serio la situación, o dicho de otro modo, imperan la
resignación y el nihilismo. Alain Badiou llama al
postmodernismo “materialismo democrático” y lo resume en
un solo enunciado: sólo existen cuerpos y lenguajes” (Badiou,
2006, 9, mi traducción). Es materialismo porque a pocos se
les ocurre reivindicar almas, valores o grandes relatos: los
cuerpos son lo único concreto y el dogma es “nuestra
exposición carnal al goce, al sufrimiento y a la muerte” (ibíd.).
Badiou admite este axioma, pero agrega algo más que
destruye toda homogeneidad posible, y sobre todo, la
indiferencia: hay verdades – en plural – que no son ni cuerpos

3 “Hay una anécdota, seguramente apócrifa, sobre un intercambio de
telegramas entre los cuarteles generales de Alemania y Austria durante la
Primera Guerra Mundial: los alemanes enviaron el mensaje: ‘Aquí, en
nuestra parte del frente, la situación es seria pero no catastrófica’. Los
austríacos respondieron: ‘Aquí, la situación es catastrófica, pero no es
seria’. ¿No es ésta, cada vez más, la forma en que muchos de nosotros, al
menos en el mundo desarrollado, nos relacionamos con nuestros aprietos
globales? ”. En Žižek, 2011)
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