Acometer el desafío de enfrentar el cambio climático la búsqueda de la sostenibilidad medioambiental y social
| Autor | Elisa Rocío Prados Pérez |
| Cargo | Universidad de Sevilla, Sevilla, Espanha |
| Páginas | 267-282 |
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ACOMETER EL DESAFÍO DE ENFRENTAR EL CAMBIO
CLIMÁTICO: LA BÚSQUEDA DE LA SOSTENIBILIDAD
MEDIOAMBIENTAL Y SOCIAL
ASSUMINDO O DESAFIO DE ENFRENTAR AS MUDANÇAS CLIMÁTICAS: A
BUSCA PELA SUSTENTABILIDADE AMBIENTAL E SOCIAL
Elisa Rocío Prados PérezI
Resumen: La seguridad ambiental constituye un aspecto
fundamental y de máxima actualidad en las relaciones
internacionales actuales. La Lucha para mitigar el cambio
climático es un largo camino que recorremos y que culmina
recientemente en noviembre de 2021 en la 26 conferencia
de las Partes (COP26) de la Convención Marco de las
Naciones Unidas sobre el cambio climático con la firma de
la Declaración de Glasgow. Se trata de aportar las luces y las
sombras de este proceso de enorme repercusión en la vida de
la ciudadanía y en sus derechos.
Palabras clave: Cambio climático, sostenibilidad económica
y social, seguridad medioambiental, economía circular.
Resumo: A segurança ambiental é um aspecto fundamental
e mais atual nas relações internacionais atuais. A luta para
mitigar as mudanças climáticas é um longo caminho que
percorremos e que culminou recentemente em novembro de
2021 na 26ª Conferência das Partes (COP26) da Convenção-
Quadro das Nações Unidas sobre Mudança do Clima com a
assinatura da Declaração de Glasgow. Trata-se de trazer luzes
e sombras a este processo de enormes repercussões na vida
dos cidadãos e nos seus direitos.
Palavras-chave: Mudanças climáticas, sustentabilidade
econômica e social, segurança ambiental, economia circular.
DOI: http://dx.doi.org/10.20912/rdc.v17i41.740
Autora convidada
I Universidad de Sevilla. Funcionaria
local de habilitación nacional. Doctora
en Derecho. Subescala Secretaria.
Categoría superior. Oficial Mayor del
Ayuntamiento de Huelva.
268 Revista Direitos Culturais | Santo Ângelo | v. 17 | n. 41 | p. 267-282 | jan./abr. 2022
DOI: http://dx.doi.org/10.20912/rdc.v17i41.740
1 Algunas cuestiones previas. seguridad medioambiental y cambio
climático
Nuestro “mundo de ayer” como rememorara magistralmente Stefan Zweig en su obra del
mismo título no sé si será exactamente igual pero se le parece bastante. Pese a las tensiones y a
los conflictos a los que se veían sometidos entonces, aquel mundo se hallaba presidido por la
estabilidad, por la previsibilidad a largo plazo, por el carácter pausado de sus cambios, por afectar
a los Estados como ámbito de gobernabilidad, por ser menos densas y más inteligibles las redes
de intereses entrecruzados; también por contar con menos población que ahora, y por un largo
etcétera.
Por contra “el mundo de hoy” nos enfrenta a un panorama que poco o nada tiene
que ver con el anterior. Para empezar, el poder configurador de los Estados ha disminuido
considerablemente y el grado de estabilidad de las relaciones internacionales se ha deteriorado.
Asimismo, la globalización es el marco obligado de análisis de la sociedad internacional en sentido
amplio, lo que supone actuar en un escenario más dinámico. Los transportes y comunicaciones
han reducido distancias y el progreso tecnológico que ha afectado enormemente a la concepción
y dimensión del Estado y a sus funciones. Desde un punto de vista económico han desaparecido
muchos obstáculos al comercio internacional; los mercados se han hecho más abiertos, tanto los
de las materias primas como los de la energía. Las multinacionales han adquirido gran importancia
así como los fondos de inversión con los que los Estados han de interactuar y concertarse con
ellos para hacer frente a los nuevos desafíos y amenazas que igualmente son globales.
En el siglo XX, al declive de Europa le sucedió el auge de Estados Unidos, de un lado,
y de otro, la URSS, las dos superpotencias de entonces. La Guerra Fría produjo fricciones que
se resolvieron por estrategias indirectas de las anteriores en la periferia creando la oposición
de dos bloques enfrentados. El fin de la Guerra Fría desató muchos conflictos y supuso un
cambio radical del contexto geoestratégico y la interdependencia de la sociedad se ha hecho más
fuerte. Ante nosotros, una realidad: los estados siguen siendo los actores por excelencia, están
condenados a entenderse pero tienen que interactuar con otros actores.
Lo que aconteció en los años noventa tras la caída del Muro de Berlín hizo que, de un
lado, se disgregara la URSS emergiendo posteriormente Rusia que ha ido buscando convertirse
en un gran actor y de otro, surgiera un hegemón que, ha sido hasta hace poco, los Estados
Unidos.
En el actual contexto global se ha manifestado de forma cada vez más evidente el traslado
masivo de la industria europea y norteamericana a Asia, el nuevo eje del mundo, en un orden
internacional menos jerarquizado. China va emergiendo como un actor fundamental, con un
relevante crecimiento económico sostenido, uniéndose a India, Rusia y Brasil, de esta manera,
un tercio del crecimiento mundial en la primera década del siglo XXI ha tenido su origen en los
BRICS. Ahora, el poder en el mundo está cada vez más repartido, esto supone que se multiplica
la formas de establecer distintas alianzas.
A este respecto, mientras la ONU encarna un multilateralismo limitado, la Unión
Europea se establece como fórmula de integración económica y política y surgen diferentes
fórmulas de cooperación regional (ASEAN, UNASUR, NEPAD, entre otras).
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