El extractivismo y las raíces del "Antropoceno". Regímenes de sensibilidad, régimen climático y derechos de la Naturaleza./Extractivism and the roots of the "Anthropocene". Regimes of sensitivity, climatic regime and rights of Nature.

AutorAráoz, Horacio Machado

"Estamos viciados em modernidade. A maior parte das invenções é uma tentativa de nós, humanos, nos projetarmos em matéria para além de nossos corpos. Isso nos dá sensação de poder, de permanência, a ilusão de que vamos continuar existindo. A modernidade tem esses artifÃÂcios. A ideia da fotografia, por exemplo, que não é tão recente: projetar uma imagem para além daquele instante em que você está vivo é uma coisa fantástica. E assim ficamos presos em uma espécie de looping sem sentido. Isso é uma droga incrÃÂvel, muito mais perigosa que as que o sistema proÃÂbe por aÃÂ. Estamos a tal ponto dopados por essa realidade nefasta de consumo e entretenimento que nos desconectamos do organismo vivo da Terra." (Ailton Krenak, "A vida não é útil", 2020). A modo de introducción: régimen de verdad y régimen climático "El telón de fondo sobre el que nacen los Derechos de la Naturaleza es, en gran medida, la emergencia planetaria frente a la destrucción de ecosistemas enteros. (...) La idea de una Naturaleza con derechos nos permite un nuevo punto de partida en el que, desde la convergencia de las ciencias sociales con las naturales, del derecho con la biologÃÂa, de la historia natural con la historia económica, se pueda enderezar el sentido de convivencia con la Naturaleza." (Esperanza MartÃÂnez, "La Naturaleza con derechos", 2011). Nuestra temporalidad contemporánea está signada por la emergencia geosocial de lo que geólogos del Norte han dado en llamar "Antropoceno" (Crutzen y Stoermer, 2000; Zalasiewicz et Alt., 2008; Steffen et alt, 2011), un nuevo estado y condición general de la biósfera terrestre en el que sus dinámicas, composiciones y configuraciones hidrológicas, atmosféricas, climáticas y geoquÃÂmicas han sido drásticamente perturbadas por determinadas y concretas formas antropogénicas de obrar.

"Antropoceno" alude al fin del mundo geológico hasta ahora conocido por la humanidad; refiere a la muerte definitiva de las regularidades del Holoceno y el ingreso a una materialidad completamente incógnita y extremadamente desafiante. En menos de 300 años las concentraciones de dióxido de carbono atmosférico saltaron de 280 ppm a más de 420 ppm, superando holgadamente lo que otros cientÃÂficos han marcado como el lÃÂmite planetario de seguridad climática establecido en 350 ppm (Rockström et Alt., 2010). Para hallar una composición quÃÂmica de la atmósfera terrestre similar a la actual, debemos remontarnos al Plioceno, la época geológica acontecida entre 5,3 millones a 2,6 millones de años atrás, cuando las temperaturas medias globales eran entre 2 y 3 C más cálidas, el nivel medio del mar era de 25 mts. más alto que el actual, y la especie humana ni siquiera hacÃÂa parte de la vida planetaria.

El fin del mundo del Holoceno nos coloca ante un nuevo régimen climático en el que nuestra especie no tiene experiencia alguna de sobrevivencia. Al decir de Bruno Latour, "no solamente nos encontramos en un momento sin precedentes en la historia; no solamente hemos franqueado un umbral--término a la vez jurÃÂdico, cientÃÂfico, moral y polÃÂtico-..., sino que, además, probablemente ya hemos dejado atrás el momento en el que podÃÂamos hacer algo al respecto" (Latour, 2017: 60). AsÃÂ, el "Antropoceno" expresa de modo radical una paradoja desesperante: la pretensión de omnipotencia de la primitiva ciencia moderna, nos sitúa en un escenario inédito de extrema vulnerabilidad e impotencia. La atrevida aventura de la Razón Imperial (Worster, 1998), de hacer de la vida un objeto de control y campo de experimentación sometido al dominio -pretendido absoluto- de la voluntad humana, pone en el centro de las cuestiones polÃÂticas del presente las conexiones insoslayables entre régimen de verdad y régimen climático; entre epistemologÃÂas y des-órdenes geológicos; mejor dicho, geológico-polÃÂticos.

La ruinosa alteración de las composiciones holocénicas de la Tierra pone en entredicho (o deberÃÂa) no sólo la cuestión superficial de los efectos y consecuencias aparentemente "no deseadas" o "imprevistas" del aparato cientÃÂfico-tecnológico constitutivo de la economÃÂa polÃÂtica moderna, sino ya, más radicalmente, la de las propias raÃÂces epistémicas y ontológicas en las que se sustenta. No se trata apenas de la huella atmosférica de los combustibles fósiles, sino del sistema perceptivo, cognitivo y práctico a través del cual ha sido construido el modo "humano-moderno" (hegemónico y globalizado) de ser y estar en el mundo; de concebir el mundo, de relacionarse con el mundo de la vida y de producir sus propias condiciones de existencia. El gravoso deterioro "antropogénico" de la Biósfera terrestre no puede comprenderse sino como parte resultante del proceso histórico-polÃÂtico que edificó las bases epistemológicas y ontológicas sobre las que se erigieron las trans-forma-ciones modernas, tanto del sistema Tierra como de la propia condición humana.

Sin embargo, desde los centros institucionales del poder mundial--polÃÂticos, económicos, financieros, cientÃÂficos y técnicos- los desafÃÂos del "Antropoceno" se interpretan y se afrontan desde la misma lógica reduccionista de la episteme cartesiana, redoblando la apuesta tecnolátrica por la racionalidad instrumental, y circunscribiendo los problemas de esta nueva condición de la Tierra a una cuestión de sustancias y fuentes energéticas. Geólogos, economistas, tecnólogos y juristas preparan recetas--otra vez, globales- para una "nueva economÃÂa", esta vez, "carbono cero". Desde la lógica del sistema, sólo se trata de "reducir las emisiones"; vale decir, diseñan estrategias para afrontar el nuevo régimen climático a través del viejo (y ya perimido) régimen de verdad, el de la primitiva ciencia moderna. En definitiva, se sigue concibiendo y tratando a la Tierra como un objeto de intervención y manipulación tecno-cientÃÂfica, mediatizada y subsumida bajo las reglas generales del Mercado.

Es en este escenario, en este contexto polÃÂtico y bajo estas nuevas condiciones geológicas, que irrumpe y cobra relevancia la noción de "Derechos de la Naturaleza" (Acosta y MartÃÂnez, 2011; Gudynas, 2019) gestada desde el seno mismo de los movimientos del ecologismo popular latinoamericano y que llegara a constituirse en un constructo jurÃÂdico-polÃÂtico de carácter potencialmente revolucionario, en el marco del nuevo constitucionalismo andino (Ávila, 2014). No se trata apenas de una simple "reforma constitucional" ni de una innovación jurÃÂdica circunscripta al ámbito del sistema polÃÂtico institucional y su andamiaje formal de Derecho. Se trata de un proceso de cambios emergentes de dinámicas e historias de luchas sociales mucho más amplias y profundas y que buscan no sólo modificar el estatuto jurÃÂdico de la entidad "Naturaleza", sino ya el estatuto ontológico-polÃÂtico de la (Madre-)Tierra. La potencia revolucionaria (geológica, antropológica y polÃÂtica) de la noción de "Derechos de la Naturaleza" reside justamente en que busca restituir la condición ontológica de Sujeto, a aquello que ha sido reducido abismalmente, prácticamente, a la condición de objeto.

Estas luchas y estos procesos de cambio ponen de relieve que el "punto cero" de la Modernidad es la conquista/construcción de la Naturaleza como objeto colonial (Machado Aráoz, 2010); el proceso de desencantamiento del mundo (sensu Weber). Revelan esa radical degradación ontológica del mundo-Tierra, como la raÃÂz de las amenazas a la subsistencia que se ciernen sobre nuestra contemporaneidad. Pero también, decisivamente, nos conminan a revisar y repensar las continuidades histórico-estructurales entre los orÃÂgenes de los actuales des-órdenes geológicos y la trayectoria civilizatoria de Occidente; a conectar los orÃÂgenes coloniales del (des)orden Moderno, con las actuales dinámicas y procesos de aceleración extractivista; las luchas históricas de re-existencia que--desde hace más de quinientos años las poblaciones asimiladas a la "naturaleza", igualmente devaluadas ontológicamente por respectivas condiciones raciales, sexo-genéricas, y/o de clase-, vienen protagonizando frente las distintas oleadas de conquistas, colonizaciones, evangelizaciones y modernizaciones.

Partiendo de estas consideraciones, lo que nos proponemos plantear en este trabajo es que el constructo jurÃÂdico-polÃÂtico de los "Derechos de la Naturaleza" constituye una expresión del ecologismo popular del Sur--acá, principalmente indo-afroamericano- en sus luchas por la reconfiguración de una nueva ontologÃÂa polÃÂtica que procura reformular radicalmente el esquema moderno de asignación de agencialidades, su orden de jerarquÃÂas ontológicas, sus islas de privilegios oligárquicos y sus contracaras, la fenomenal maquinaria de producción de periferias, de socialización de los daños, de expansión de las fronteras de depredación y creación incesante de zonas de sacrificio.

Desde esta lectura, se procura dar cuenta de que el actual régimen climático es una emergencia geosocial resultante de un régimen de verdad ominosamente errado, sobre el que se ha erigido un proyecto y un modelo civilizatorio absolutamente fallido, cuyo desenvolvimiento no nos puede deparar sino un horizonte exterminista (Thompson, 1980), como el que actualmente se ha revelado bajo el nombre de "Antropoceno". Dar cuenta de este proceso nos lleva a revisar los orÃÂgenes del "Antropoceno"; a des-encubrir qué régimen de prácticas y de relaciones sociales ha producido material e históricamente el rÃ...

Para continuar a ler

PEÇA SUA AVALIAÇÃO

VLEX uses login cookies to provide you with a better browsing experience. If you click on 'Accept' or continue browsing this site we consider that you accept our cookie policy. ACCEPT